mandag 2. januar 2017

Jesús en conflicto con los derechos humanos

Extraído de un libro de Andreas Edwien:

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Se argumenta generalmente con que el  Jesús histórico debe que ser un  ideal para nuestra cultura y nuestras relaciones con otro ser humano.

La respuesta es definitivamente: no.
Esta no en primer instancia una crítica de Jesús como un ser histórico, pero si una crítica contra las iglesias cristianas que, según Edwien han sacado a Jesús de su tumba y lo llevado por todas partes, a través de veinte siglos, y lo han colocado en el centro de nuestro tiempo con el requisitos de que nos sometamos a su autoridad.

Es decir, una crítica en primera instancia a la adoración del Jesús que han creado.

Y por qué no podría ser Jesús un  ideal para nuestro tiempo?
Porque, según Edwien, los puntos de vista de Jesús están en conflicto con los derechos humanos y con lo que para él sería la sociedad.  Los criterios de Jesús para con la humanidad tienen sus bases en un racismo espiritual, que separa los seres humanos entre buenos y malos, esto es contrario al principio de que todo ser humano tiene el mismo valor y las mismas aptitudes.

Le exige condiciones religiosas e ideológicas a los pobres y a los que estén en inferior de condiciones para aceptarlos, “salvarlos”. Esta batalla contra todos, aquí y ahora, no en su reino del más allá, daría frutos en lo material, lo social y cultural.

El reconocimiento de Jesús de la esclavitud, al no distanciarse de las leyes de esclavitud de los tiempos de Moisés, y fortalecerlas además, choca claramente con el principio de que todos nacemos libres, iguales en dignidad y en derechos humanos.

Jesús se  presenta además como discriminador o represor de la mujer a través de su legado de teología machista y su idea de Dios como varón. Jamás abogó tampoco por la igualdad entre los sexos.

Jesús volvería a quedar en conflicto con los derechos humanos al distanciarse de la libertad de religión, de pensamiento, de opinión y la libertad de expresión a través de la proclamación de castigos por desviarse de su exigida creencia en él.

El ideal de comunidad de Jesús era la dictadura, con él mismo como dictador y con la obediencia total de su rebaño, como ejemplo de sometimiento.
Esto contradice también las ideas de la democracia.

Jesús predica sobre el establecimiento de un tribunal en el que solo él mismo da veredictos sobre leyes que él mismo dicta. Esto está claramente en contraposición con los principios de la sociedad de derecho. Como reacción de castigo contra actitudes que él no aceptaría, Jesús habló de torturas prolongadas y severas. Esto va en contra de la prohibición de los derechos humanos de la tortura y las penas de inmensa crueldad.

En las campanas de Derechos Humanos  se fomenta que todo ser humano tiene derecho a una educación que promueva el respeto de los derechos humanos y que le  de instrumentos para promover la comprensión, la tolerancia y amistad entre las naciones, razas y grupos religiosos. Jesús, en cambio, predicó guerra en el futuro del mundo, con la salvación sólo para sus elegidos  y fatalidades para el resto de sus parientes humanos, una actitud muy distanciada de los Derechos Humanos.

Sobre esta base, sugiere el Dr. Edwien que todas las leyes escolares que se basen en adoctrinamientos cristiano para que el niño “crea”, y cultive a Jesús como la autoridad e ideal, como salvador y como hijo de Dios, son claramente incompatibles con la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU ".