mandag 10. juli 2017

Jesús, el narcisista

Lamentablemente aún no podemos decir si realmente existió dada la falta de evidencia concreta científica. Hay muchas evidencias pero también tantas incógnitas que eso hace imposible poder afirmar que realmente existió.

Se entiende que, si existió, para el punto de vista de un ateo, analizando las “evidencias” extraídas de la Biblia, debió haberse tratado de un tipo con el que se pueden establecer analogías claras con la horda de predicadores que juntan adeptos (y su modo de ganarse la vida) haciendo prédicas o discursos que le dan a los oyentes las respuestas que quieren oir.
Se sabe que su público era de bajo nivel intelectual y altamente supersticioso, comparado con culturas aledañas, contemporáneas. La falta total de herencia escrita podría dar una pauta. El haber usado la patraña milenaria de que el sacrificio de la vida del familiar mas cercano (un hijo, hijas) y amado podría ser otra.
Otra pauta podría dar su total falta de interés (ignorancia) de cambiar el status quo de la esclavitud y en especial de las mujeres, que seguirían siendo discriminadas por milenios y que comenzó a terminar cuando la secularización del movimiento y cultura que de él dependería llegó a niveles tan altos que, por fin, fue posible cambiar las reglas equivocadas de las escrituras sagradas.

Otro punto evidentemente incoherente debe haber sido su equivocado mandato de “amar al prójimo”. Lo correcto sería, sabemos hoy, “respeta a tu prójimo como a ti mismo...”. Suena lindo decir que amar al enemigo que está, por ejemplo, matando a tu familia  pero es ridículo. Hoy sabemos que el amor no es algo que uno puede manipularse a si mismo para conseguirlo y mantenerlo vivo.

Según la Biblia, el habría dicho cosas agradables al oído, pero en absoluto originales, de la misma manera que políticos o predicadores dicen cosas agradables, esos que viven del nivel de convencimiento y aceptación que lleguen a obtener de sus oyentes.


Pero las características más negativas que mostraba eran su narcisismo, un egocentrismo casi sin límites además de la inmensa dosis de hipocresía requerida para andar proclamándose ser el mismísimo dios en el que esa gente creía de antemano por adoctrinamiento cultural.
Reunía todas las características mas negativas de narcisista: egocéntrico, falta de empatía (para con mujeres, esclavos, para con los que no creían en él, de los que pidió la muerte, etc), una exagerada y exaltada idea de su persona, extremadamente susceptible a sentirse ofendido, un tipo que amaba estar rodeado de gente totalmente sumisa, pero mas que nada ese enorme deseo o necesidad de que le amen a él sin límites, que le amen más que a los allegados mas cercanos, hasta el punto de aborrecer a un hermano por él, de dar prioridad a él antes que a la familia, de creer en él fanáticamente aún sin evidencia alguna.